Es pleno julio de 2018.
Mediados, de julio.
(No tendría como porqué escribirles
qué día es cuando las funciones predeterminadas de este blog les
pondrán aquí fecha y hora de creación.)
Escribir un blog es muy 2002. Muy 2004.
Yo soy muy 2005.
Siempre he sido un desactualizado.
Pero ahora lo hago por mera añoranza.
¿Revivir esas fechas entre el 2004 y
el 2010 le hacen bien a mi mente?
No sé. No debería hacerlo. Había
gente tóxica en esos momentos de la que hoy, poco a poco, he dejado
de saber.
Y pretendo seguir sin saber nada de
ellos.
Mientras tanto, heme aquí, sentado en
una larga mesa de trabajo en un Starbucks.
La mesa estaría vacía de no ser por
mí.
Y me agrada.
Tener demasiadas voces alrededor de mí
harta.
Tener demasiados conceptos de lo
políticamente correcto me harta.
Desde cuándo entramos en esa
esquizofrenia concedida por las redes sociales.
Hoy me asqueo de lo que invasivo que
hemos vuelto nuestro mundo.
Y aquí estoy, de nuevo. En un blog. En
un punto de partida de todas esas esquizofrenias concedidas. De todas
las voces acumuladas, a quienes rogamos por su aprobación y
comprensión.
Heme aquí, de nuevo.
1 comentario:
Cálmate Virginia Woolf
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