jueves, enero 17, 2008

Valerie, o la diosa Fortuna



Why don’t you come over
Valerie, oh Valerie!
Oh why don’t you come over!
-Amy Winehouse/Valerie

Y aúllo, yo no canto como la Winehouse, yo aullo.
Aúllo como si fuera para pedir ayuda. Como para preguntar por la tal ‘Valerie’.
¿Será como la diosa de la fortuna?
¿Será a la completa felicidad a lo que le canta la Winehouse?
¿A lo que uno llama?
¿Por lo que uno pide a gritos?
Yo me conformaría con la señora Certeza.
Por mí que la diosa Fortuna se vaya a dar una vuelta si quiere, que ella no venga.
Pero, por favor, que la Certeza no tarde.

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La pic me la robé de la red, la neta. En ella la Winehouse con los kilos que hoy no tiene y el cabello negro aún. Horrible se ve rubia.

jueves, enero 10, 2008

Tumba fría


Dès les premières lueurs d'octobre
En tout bien tout honneur
Oh, je sombre
-Emilie Simón / Fleur de saison

Siempre, cada que paso por el edificio que Rebeca diseñó, pienso cuán frío puede parecer.
Y cuánto frío siento yo al pasar por ahí.
Una ocasión no lo sentí así.
Me sentí muy acompañado.
Sentí que de repente todo se aquietaba y que solamente ahí entre el espacio que ambos ocupábamos al caminar una pequeña galaxia se formaba.
La noche del 7 de enero me paré frente a la fuente triangular.
La volví a ver como siempre, como una tumba fría.
Y ahí decidí dar por enterrados los sentimientos que guardé por días.
Esperanzas vanas que sabía de antemano derrotadas, un guerra perdida de la que sabía ya debían desertar tantos husares.
Ante la tumba tomé el iPod y llamé a la plañidera.
Fue Emilie Simon, y su ‘Fleur de saison’ la última melodía, la canción de despedida, el tema del soundtrack de los créditos finales.
En vez de café en tal velorio hubo Coca-Cola.
Envasada en vidrio estaba helada, igual que el clima a las once de la noche ante tal torre y el agua de esa fuente donde arrojé las últimas lágrimas al muerto que como la canción de Emilie, solamente fue ‘flor de temporada’, zozobra de otoño.
Ahí quedaron las últimas lágrimas.
Las últimas.