Efecto peróxido

Bendito sea el Dios en el cual no creo, bendito pues enero está por irse, porque la verdad los inicios cuestan y el inicio de este año está costando dos riñones, una bilis y el insomnio mío de casi todas las noches. Enero empezó parco, empezó con días tibios, con mañanas de compañía, con presión casi idéntica a la de todas jornadas de trabajo. Ah, y con una rubia recién estrenada. En enero Selene regresó rubia de Chilpancingo, en este mes. El 23 fue su cumpleaños. Con mi padre comparte el día de nacimiento, su afición por comportarse como dictador y el ánimo de hacer lo que les venga en gana.
Selene regresó fingiendo un coheficiente bajo pero a mediados del mes decidió meterse en la maestría de ciencias políticas y gestión pública. Así es el efecto peróxido.
La foto fue tomada el sábado pasado en casa de Lizet mientras ingeriamos vodka y se escuchaba reggeaton... por cierto, acabo de darme cuenta que soy al único que le permite tomarle fotos... los demás, los demás le roban el alma.
Nos conocemos tanto, nos sabameos al pie de la letra chingaderas, modos, manía, fobias y filias, que a veces nos prestamos el alma cuando ella se pasea por el Ticuí y yo me pierdo en Venta Grande.

Bendito sábado

Trabajo adelantado para el lunes.
Película de el Santo en el televisior.
Jaqueca debida a borrachera nocturna.
Confusión por palabras ambiguas.
Ocho chelas... un mareo y siete tacos.

La semana fue mala. Debo admitir. El bolsillo más vacío que mi panza, algunos golpes de realidad y una junta editorial para acabarla de chingar. El editor tiene la culpa de muchos males. El editor tiene que trabajar. El editor esto, el editor aquello... La cagas pinche editor.

La semana fue mala. Debo admitir. Regresaron las dudas, la necesidad de estabilidad emocional... pero... no me sale el rogar, ya no lo haré. Creo que a tiempo estoy de poner una vez más el pilóto automático al cuerpo. Que el piloto ni se meta.

La semana fue mala. Debo admitir. De mi padre no se nada. Su cumpleaños es el lunes. De mi hermana no se nada. No me responde los mensajes. Mi hermano sigue en sus idilios extra maritales. Vaya, siquiera alguien en esta familia se divierte.

La semana fue mala. Debo admitir.

I do

¿Han escuchado "I do" de Placebo?

Brian Molko saca de su caja torácica un poco de aire que modula con su garganta. Y empieza así:

I wanna be much more like you
Your effortlessly graceful scene
That drips from every pore of you
Where logic cannot intervene
I wanna take a bath with you
And wash the chaos from my skin
I wanna fall in love with you
So how do we begin?

Con "I do" me pasa lo mismo que ocurrió cuando escuché "English summer rain" los últimos tres meses del 2004 en que le frustración me hizo tumbarme unos meses en depresión. Con "I do" me pasa lo mismo que me ocurrió cuando escuché "Where's my mind" de The Pixies en la voz de Molko, el día que pensé que el horno cantaba con una voz metálica como la de él.
"I do" me queda tan bien ahora. ¿Tendré que rogar para decirlo?

Rumbo al informe de MMT

Pos resulta que el lavadero esta semana en Puebla si estuvo rechinante.

Ahí les van las de la semana.

1. No hubo paro total de transportistas, nomás unos vidrios rotos el lunes.

2. ¡Corrieron a Stamatio! Y llegó un dinosaurio, dicen que porque tiene unos huevotes el nuevo delegado, la neta, no me consta.

3. Reapareció el cejón de Kamel Nacif, no diré más del señor por aquello de las demandas.

4. La Cacho volvió a hablar. Y pos a ver de a cómo les toca ahora.

5. Soltaron a Martín Barrios, casi lo corren de San Miguel, el chiste es que el gobierno del estado ya no quería pedos rumbo al Primer Informe de MMT.

Y yo nomás no tengo qué postear. Hoy me siento un poco cansado por tanto merquetengue en esta semana. Mis ojitos ya casi se cierran, se ven casi idénticos a los de la foto en donde participaba entre los chafiretes, este lunes tuve que robarles un ratito la pancarta. ¿Aplicará así algún día a todos los periodistas? ¿Tendremos que hacer una marcha parecida, pero con la misma pancarta?

5 Poniente 2117

Debo estar loco.
Ayer soñé que me tiraba de un puente. Pasó -en mi sueño- más o menos así:

Despierto en mi antigua habitación. Aquella que se encontraba en el departamento 403 de la calle 5 Poniente. Mi cama tenía un dosel de seda negra y las sábanas eran negras también. Desperté con cansancio, no había descansado. A un lado se encontraba un cuerpo sin genitales ni rostro. Era delgado, blanco, más bien pálido. No me dio miedo. Simplemente observé a tal suerte de eunuco.
Me levante de un brinco y las sábanas negras danzaron hasta mis brazos. Se hicieron como líquido que cruzó mis brazos subió casi a mis hombros, desde ahí se pegó hasta a las manos, se convirtieron luego en plumas de un negro obsidiana, también tenían la textura de una piedra.
Salí por la ventana. Salí tirandome con intenciones de tocar la luna. Las alas no pesaban. La luna estaba cerca.
¿Desperté? O sigo soñando, no sé debo algún día intentar ponerle imagen a ese sueño.

Atropellada número uno

La atropellada número uno del año fue una pobre mujer de la cual, un resto de oreja levantó la agente del Ministerio Público (como puede apreciarse en la fotografía). La señora de más de 50 años fue arrastrados más de 50 metros. Casi de calle a calle sobre la 9 Norte entre la 16 y 18 Poniente en el Centro Histórico, bueno, en la parte fea del Centro Histórico. Una pena, nunca se pudo identificar ni al cuerpo ni al conductor de la Ruta 14 que la atropelló.