martes, diciembre 20, 2005

El ojo rojo


Ay cabrón con el ojo rojo. ¿Ta' chido no? A mi me encantó. Así lo dejó Marquito, es creación suya. Haciendo cuentas llevo casi dos años y ocho meses de conocer al chaparrito señor con nombre de emperador romano: Marco Tulio. Ay mamador.
Él me relató algún día que el nombre fue idea de su papá. El día que lo conocí llegó una hora después que a Lia en aquél café ubicado en el barrio de El Alto.

Lizet me había hablado mucho de ambos. Tanto de Lia como de Marco. Ambos diseñadores, ambos pocamadre, decía Liz. Eso comprobé algún día de principios de agosto en que después de la serie de tazas de café terminamos en el dancin' allá por un antro conocidisimo de Analco. No daré más detalles. De aquella velada me quedan muy buenos recuerdos. Dos muy buenos amigos más y una retorcida historia que sólo el ojo rojo -además de otros tantos- conocen es lo que se armó después de esa noche.

No hay comentarios.: