viernes, septiembre 28, 2007

Tr3s rolas, tr3s personas

Ayer por fin sonreí.
Y no fue porque la miseria ajena me alegrara.
Digo, después de entrevistar a Roberto Ruiz Esparza -candidato a alcalde del Panal, ex panista y ex futbolista, agarrado en tremendo escándalo por aquello del arreglo para subir al Puebla de La Franja a Primera División “a como diera lugar”- la verdad me sentí haciendo bien la chamba.
Curioso.
Al parecer cerraré bien la semana que abrí un tanto mal.
La cerraré con una sonrisa.
Culpables son dos mujeres. Ayer hablé con Miriam vía Nextel y tuve muy buenas noticias de mi prima Chabetty cuando me la topé 10 minutos por el Messenger.

Miriam dice que máximo el 4 de octubre da a luz. Y lo peor es que ahora… el ultrasonido dice que no será niña. Es más hasta un sabio anciano en Analco, mientras ella placeaba la vio y le aseguró que sería niño.
Ja. Ella y Óscar tenían planeado llamar al bebé, en caso de que fuera una niña, Constanza. Yo le propuse Nicolás ahora que, al parecer, el bebé será niño.
Mi hermana ahora no sabe qué hacer con su colchita de “Las Princesas” que le compraron al chamaco, tampoco tiene idea si le vestirá con los mamelucos color rosa pastel.
“Ahora veo, que si sale niño, se parece terriblemente a su tío”, dijo la Tuza en ácido humor. Sí, en clara referencia a don Inmundo Animal.

Chabetty de plano me dio la sorpresa. Es libre. Se independizó. Con lo que le patrocina la beca del Conacyt salió como bólido de los castrantes cuidados de mi tío File y mi tía Elisa. La verdad nunca pensé que lo haría.
Ese inquieto cabello rizado que le caracteriza era ejemplo contrario de su perona. Chabetty siempre fue la niña recatada y obediente que a sus padres decía sí ante cualquier orden, a cualquier regaño se cuadraba, a cualquier falla le agregaba disciplina, vaya, era bien portada ¡en extremo!
Lista, ordenada, madura, aplicada a la escuela. De esas que iban de la universidad a su casa y de la casa a la universidad. Pero al parecer su vida le exigió independencia. Y un día decidió, hace menos de un mes, salir de ese Castillo de la Pureza, sucursal Los Molinos Iztapalapa, y atreverse a vivir.
Es un año mayor que yo y apenas goza de una vida a su estilo. Y al parecer le va bien. La verdad, es que se merecía respirar. La verdad, es que estoy muy contento por ella.

Razones curiosas. Hoy escuché en la radio tres canciones que a mi mente vinieron a traerme a ellas dos.
Y a alguien extra.

***

-Bueno, pero tú no me has dicho nada… ¿Qué opinas…?-recuerdo que me preguntó Miriam en la esquina del 5 de Mayo y el Bulevar Díaz Ordaz, ahí frente a Plaza Dorada. Justo cinco minutos antes me había sorprendido con la panza y con la noticia del bebé.
-¿Pues qué te voy a decir? Que te quiero, que estoy contento por ti. Que estoy preocupado por cómo reaccione papá. Y que no importa lo que pasé. Voy a adorar a ese niño. Y que eres mi hermana y que te apoyo. Y felicidades Miriam-recuerdo que le dije.
Después de contenerme el llanto y abrazarla, Miriam subió al autobús, comería con su suegra en el centro según me dijo. Yo me quedé en la parada del camión escuchando a Rihana.
Sí, increiblemente una canción tan básica y con un estribillo tan tonto, como ‘Umbrella’ vino a mis oídos cuando me trepé los audífonos y le subí al iPod para no chillar en plena calle.
Ayer me reencontré con la rola. Y casi me vino el llanto que no tiré esa tarde.

Chabetty se despidió en su buen francés. “Te mando un beso”, escribió en ese idioma que la verdad no domino, que me intriga y que algún día aprenderé. Luego vino un “Te quiero mucho”, este sí en español. Yo por mi parte escribí lo mismo, de hecho lo escribimos casi a la par. Se despidió en el Messenger y terminó su sesión.
De regreso a casa, cuando surfeaba el radio en una de esas estaciones que tocan y tocan pop sonó ‘Un año más’ de Mecano. Mis hermanas la tocaban mil veces en las fiestas de fin de año. Chabetty y su familia no faltaban a la mesa de mi casa cada Navidad, mucho menos en Año Nuevo. Quizá no hay motivo, pero esa canción también irremediablemente la identifico con Chabetty y las navidades que crecimos cada año. Odiaba que a ella le llovieran regalos aparte del debido presente de Santa Claus. Pero qué podía hacer, nació el mismo día que Cristo.

***

De la tercera rola no daré detalle.
De la persona a la que me recuerda, tampoco.
La verdad es que quiero terminar mi semana con una sonrisa.

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