miércoles, septiembre 26, 2007

El lunes puede esperar

Ayer me levante sin ánimos.
“Love today” comenzó a sonar en el celular. Esa canción de Mika la uso como alarma de despertador. Siempre lograba levantarme de buenas.
O bueno, por lo menos lo hizo las últimas semanas, porque ésta… simplemente no pudo.
Sonó la entrada de la rola. Abrí los ojos y me desenredé de las cobijas. La apagué.
Un segundo después escuché la otra alarma, la más escandalosa en mi habitación, la del viejo celular.
Me desperté y cuando me disponía a ir a las clases no hubo poder humano para convencerme de que debía estar ahí.
Era buena hora. La hora habitual. Seis y media de la mañana.
Pero no pude.
La tos me volvió. Uno de esos ataques de perro moribundo.
Cedí ante él y me tiré a dormir cuatro horas más.
No me bañé porque la “crisis” de gas solamente hizo más huevones a los repartidores. Y el pedido de Xu simplemente no llegó.
Al respecto Selene hizo el pancho doméstico acostumbrado y yo simplemente me levanté, planché mi camisa rosa, me lavé todo al estilo torero y decidí ir a trabajar. Otro poco más y me quedaba el resto del día en la casa.
Selene iba a Casa Aguayo y a mí me tiró por la zona del Centro de Convenciones.
Objetivo, la torturadora. La procuradora Villeda andaría en uno de esos eventos de seguridad organizados por Canacintra. El Güero me había advertido que por ahí andaría la ñora. Ante la escasez de material una entrevista con ella serviría. Y sirvió. Camino al evento escuché con López Díaz de un reo atacado en el penal de Ciudad Serdán.
Ok, informativamente con eso tendría mi día.
Aplique pues la ley del conejo: “Tú nomás hazte pendejo”.
La concha vino perfecta a mi depresión.
Así continuó el día y así me voy a dormir.

***

A estas mismas horas hace unos días estaba en mi cama leyendo sobre la desventura de Toledano. Un pobre creador que tuvo a bien ser exitoso a los 22 cuando hizo su ópera prima “Cuernos de Espuma” y que en diez años casi logro ver materializado su primer musical hasta que murió hace unos meses.
Apenas tenía 32.
“El lunes puede esperar” el llama su proyecto.
Tres jóvenes hartos de su existencia deciden pasar el mayor desenfreno en un fin de semana. Quién sabe si algún día vuelva a resurgir después de diez años de trabajo.
Decían que sería el proyecto que España esperaba, que de ahí daría la vuelta al mundo, que reconquistaría a los críticos del musical y que quizá, quién quita y hubiera ocurrido, se convertiría en la película que siempre planeó su creador.
Bueno, por lo menos eso leí. Quizá leer eso en lunes provocó la depresión de esta semana.

***

La semana comienza con un tanto de desgano.
Apenas es miércoles y ya quiero que sea sábado.
Y no porque vengan grandes eventos. Quiero que todo pase de prisa y que no me amilane más esta actitud que estoy tomando.
¿Qué pasa?
¿Será que el lunes quince viene cerca?
¿Será que este año la depre me agarrará como no lo hizo en años anteriores?

1 comentario:

Ernesto Schutz dijo...

Esta en nuestra naturaleza tener bajones de vez en cuando, lo malo es cuando se hace costumbre.