sábado, agosto 04, 2007

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No sé si es el calor de un verano lluvioso o el efecto secundario del té antigripal, o quizá la breve esquizofrenia de sentirse tan solo en una ciudad tan grande.
Estuve casi dos horas acompañando mi depresión con un par de huevos divorcioados. Qué ironía, dirían los de la cerveza Sol.
En esas ocasiones las murmuraciones matan, quizá escapaba un poco de Puebla y de serguir pensando en lo mismo.
"Hay que dejar de pensar tanto", me dijo Marco en algún mensaje.
La voz de Jim Morrison tampoco ayuda mucho para alejar la soledad.
¿Realmente quiero estar solo?
Si eso quisiera quizá no me sentiría tan triste hoy.

2 comentarios:

Naul dijo...

hoy me dieron ganas de escapar justo antes de entrar a una jaula...
de la soledad no se escapa
a la soledad se le hace compañia, y ella nos acompaña en el camino, si no te gusta la compañia de la soledad, busca a alguien mas que te acompañe... aunque corres el riesgo de estar acompañado de idiotas o superficiales, la mayor parte del tiempo, pero que es de la vida sin los riesgos ¿no?

®øЮïgõ dijo...

la soledad es una carga ke cada dia se hace mas pesada, pero mas llevadera. cheer up!!!