lunes, julio 02, 2007

Tu suave vendabal

Me atravezó... tu suave vendabal,
el impulso antiguo y sutil,
la estela de tu perfume
"Perfume"
Bajofondo Tango Club



Llegué a la una.
Un poco más temprano de lo usual porque la sesión del Club de la Sopita fue breve esa noche de domingo y madrugada de lunes.
Quizá aprovechó el regreso de San Alejandro y pasó a casa.
Dejó las cosas en la sala y ahí estuvieron unas horas hasta que llegué.
En la bolsa de El Paje seguían las botas color miel que mi papá me regaló. Mi perfume Nautica, mis botines negros, la playera azul de tramado azul cielo y blanco, mi suéter favorito en varios tonos de café –que papá me regaló en navidad del 2006-, un calzón azul, la gorra que me compre en la Zona Rosa y hasta arriba una de las últimas prendas que mamá me regalo.
Ya casi hecha una garra estaba la playera gris de manga larga que compró mi madre de improviso en Rodríguez porque yo no llevaba pijama en uno de sus tantas citas con la quimioterapia.
Después de su muerte la atesoré. La usé mil veces como sintiendo que ella la había hecho casi a mano. Y aún la conservo a pesar de que está rota y desgarrada de los puños y las comisuras de la mangas. Incluso tiene esas desagradables marcas de años y años de un uso exagerado del desodorante.
Estoy seguro que la usó.
Con eso me partió la madre.
Al recuerdo de mi mamá le impregnó su aroma.
Me hizo llorar lo que no había llorado en estos días de los que no llevo cuenta.
Lo merezco.

1 comentario:

Mario dijo...

Como ya se lo dije, esto que escribió y habla de una experiencia de partida de madre, hizo lo mismo conmigo cuando lo leí... Es que lo suéteres en varios tonos de café son bien bonitos, y difíciles de encontrar; además, combinan muy bien con los calzones azules... Un gran abrazo, sr. Edmundo