jueves, mayo 18, 2006

Rey sin corona

What's this feeling?
My love will rip a hole in the ceiling
Givin' myself to you from the essence of my being
Sing to my Good all these songs of love and healing
Want Moshiach now so it's time we start revealing
*Matisyahu, en su rola “King without crown”.


Vino la vecina a pedir periódico viejo.
Por aquello de la limpieza de cristales.
Puso cara de susto cuando abrí la puerta, parece que dijo:

—¿Vecino tendrá papel periódico que me regale?—y montó una mueca de amabilidad esperando que le hiciera el favor mientras disimulaba su sorpresa por verme las comisuras de los ojos inflamados y uno que otro vaso capilar hecho moretón, no sé si por el desvelo o el desenfreno respiratorio de anoche.

Le obsequié lo que quiso y se fue.
Ya no me está dando pena ser un poquito junkie.
Comienzo a entender aquella frase célebre de Tin Tan.

La noche transcurrió apurando la edición para llegar a Profética.
Ya en el lugar me topé con caras conocidas. No tan conocidas como a mi me gustaría, pero al menos identificables. Muchos saludos, muchas chelas, etc. Una noche hasta ese momento regular.

Vino el after. Terminé con toda la bola en casa de Beto. Ya puesto en ambiente me descubrí hablando con Lalo Montagner. Ni le pregunté su edad, pero este chipileño no debe pasar de los 26 ó 27. En septiembre publica para Alfaguara “Toda esa gran verdad", por le momento en la Secretaría de Cultura se encarga de contactar para el FIP quién sabe qué cosas de CONACULTA.

Después de unas chelas, unos tacos, y la entrada al paraíso del inframundo vía respiratoria terminé en mi cama medio ebrio, quién sabe de qué, no se si del vicio, la comida o el alcohol.
Dos llamadas me despertaron, Zeus y Héctor jodiendo con que salía en la portada de La Jornada de Oriente haciéndole ojitos a un hombre en tanga durante la manifestación gay de ayer, ja.
“Ni madres que me pongo una tanga”, era lo que pensaba mientras analizaba al tipo. En ese momento el ojete de Rafa García Otero me congeló y de paso le robó el alma a la Tuza y a Selene.
Tuve que correr al baño, vino de mi una nausea exagerada. Mientras arqueaba sentí un ritmo de reggae, parecido al que lleva Matisyahu en "King without a crown". Al despertar del transe vomitivo noté beneficios del antiespectorante alternativo, me volvió el mareo de la resaca y el asco de la exagerada cena.
Cuando la vecina llegó ya había servido la taza del baño.
Con esa cara me encontró.
Cambio y fuera.
Regreso del viaje, porque ya es casi medio día, el pedo es que sigo bien puesto.

3 comentarios:

Cocodrilísimo dijo...

Pues, que hacerle? Ya la vecina le intercambiara después su vicio por una tacita de azucar...

Tuss dijo...

Pues como que para habernos - o será avernos?- robado el alma, no nos vemos tan mal. Intelectualmente atractivos, dirían "otros".

lebrel dijo...

no le da pena ser un poquito junkie? mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm no lo se...mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm...