domingo, agosto 01, 2010

Adiós, Urano

-¿No ése que va a ahí es…?-me preguntó Zeus.
Lugar: Container City.
Hora: Alrededor de la medianoche.
Nos había citado la Xu. Su cumpleaños es el 31 de julio. Y entre el gentío lo vi pasar y no iba solo.

-Sí. Sí es…-dije yo.
Tomé el radio mientras caminaba hacía el estacionamiento.
Con la rapidez de la alerta confirmé y di por cerrado el caso.
Otro carpetazo más.
No hay bronca.
“Ni estorbo, ni que me estorben”, pensé.

-¿Y qué sentiste?-me preguntó la Mena un día después.
Lugar: Mariscos “El Silver”.
Hora: cinco de la tarde.
Esa cruz tenía que curarse con un caldito de camarón y unas jaibas desnudas. Lo peor fue que yo solamente salí por el caldo de camarón y terminé en el lugar de siempre pero con compañía distinta.
-Nada. No sentí nada. Que es lo peor-le respondí.
Y es curioso. En efecto. No me pasó como en otras ocasiones. Mi sangre no subió a la cabeza en una constante convección. No me hirvió la sesera. Ni sentí rabia, ni enojo, ni celos. ¿Cómo sentir donde no se atesoró nada?
Nada. No sentí nada, y eso es lo peor, insisto.
“Seguramente ya te habías programado”, me dijo Mena.
Seguimos el sabadito en el Cananas con la Madrid, Edgar, Alex y la Tía Kikis que festejaba su cumpleaños. Que por cierto, por educación preferí quedarme con la duda de cuántos cumplía.
La tía Kikis fue contundente:
“Eres virgo, ¿no? Dos años y medio estuvo Urano en tu casa zodiacal. Fueron tiempos muy difíciles. Donde tomaste decisiones complicadas, donde pasaste una soledad terrible. Pero te tengo una buena noticia: Urano no va a regresar hasta dentro de 29 años. Hoy 31 de julio se va Urano de tu vida por un muy buen rato”.
Armé mis propias cuentas mientras la tía astróloga de Madrid hablaba con Conti, que llegó unas horas después y que también quedó embelesado por las predicciones que la señora hacía con solamente verte y confirmar tu signo. Con la elegancia de sus manos delgadas y con apenas y arquear sus finas cejas.
“Tú escribes, ¿verdad?”, me dijo otra vez la tía con ese estilo al hablar, donde siempre cierra con otra pregunta para complementar que su pronóstico es acertado.
-Sí… bueno a eso me dedico. Amo escribir-, respondí.
-Viene algo grande. Algo muy grande. Bendito sea Dios: Urano ya se fue de vida...
Y con la partida de ese planeta se fueron cosas, hechos, gente. Rencores, problemas, falsas esperanzas.
También desapareció completamente ese peso imaginario. Ese que ya iba perdiendo con los días a través de mis propios decretos. Se fue ese rigor que yo mismo me imponía con el designio de mi orgullo. Se me fueron esas ganas de llorar.
El 31 de julio será un día que no olvide.
Que de medianoche a medianoche tuve revelaciones suficientes como para confirmarme que mi vida sigue y sigue bien.
Con el cigarro en esa frágil mano derecha me señaló la tia: “Te van a ocurrir muchas coincidencias. Tantas que te vas a morir de la risa”.
A la hora que esto escribo siguen cayendo las coincidencias.
¿Que si le creo ciegamente a la astrología?
Honestamente, no sé. Años atrás el tema me apasionó.
¿Qué si han pasado coincidencias?
Sí, algunas. Varias en las últimas horas.
¿Que qué viene?
Quién sabe.
Lo importante es que Urano ya se fue.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Y lo importante es no volver a cometer errores del pasado. :)

Anónimo dijo...

Interesante escrito, fascinante y revelador...
un Virgoniano insomne
saludos!