lunes, mayo 21, 2007

Parir a un Alien

Ya el dolor no me dejaba reírme cuando una llamada me provocó una mueca.
Entró Selene a la casa y dio la mala nueva.
“Falleció Lenin”.
Creo que en ese momento mi hernia se puso más ruda y no dejó de punzar en toda la tarde del viernes.
Lenin Gómez fue un aliciente en los días en que notaba lo peor del oficio reporteril.
Me invitaba una taza de café de la sierra mientras me relajaba y comentaba las notas del día para olvidar la horrible letanía de las cuotas de notas en el primer trabajo que tuve como reportero.
Era jefe de prensa de Antorcha Campesina y sin embargo era tan sutil para explicar porqué estaba ahí.
Desafortunadamente no fue un hermano para mí, como fue para muchos otros amigos míos, pero le admiré bastante.
Escribir de él ahora me provoca las lágrimas.

***

De la mala noticia me vino el dolor.
El mareo.
Y más dolor.
Corrí a ponerme el suspensorio.
Me puse patas p’arriba.
Y hasta una almohadita de esas que se calientan en el microondas.
Vaya, casi sentía que me haría falta una cesárea para poder parir un Alien en mi sala.
Pero no llegó la partera, más bien llegó el doc Rubén. Aunque la Tuza y Selene pensaron que era un veterinario.
Intravenosa sin un besito.
Buscapina y 10 mililitros de metanosequé sódico.
Y madres.
Todo lo veía doble.
Las drogas legales no son tan divertidas.
Desperté hasta el otro día.
Marco hizo lasagna y mi hermana fue a visitarme.
Los mareos cesaron y también el dolor.

***

Hoy lunes me dio la resaca del fin de semana.
Amanecí malhumorado.
La tarde me provocó bochornos y calores.
Y espero el día termine bien. Que el dolor no vuelva o que la nostalgia no me provoque llamar más recuerdos.
Por lo pronto el Doc Rubén recomienda ya pensar en cirugía y de una vez parir el Alien.

1 comentario:

carurosus dijo...

Sabe que tiene todo mi apoyo, en todo momento, en las buenas y en las malas. Ni modo, a levantar la frente y a seguir adelante, estas son solo lecciones para apreciar los buenos momentos de la vida.