Debo estar loco.
Ayer soñé que me tiraba de un puente. Pasó -en mi sueño- más o menos así:
Despierto en mi antigua habitación. Aquella que se encontraba en el departamento 403 de la calle 5 Poniente. Mi cama tenía un dosel de seda negra y las sábanas eran negras también. Desperté con cansancio, no había descansado. A un lado se encontraba un cuerpo sin genitales ni rostro. Era delgado, blanco, más bien pálido. No me dio miedo. Simplemente observé a tal suerte de eunuco.
Me levante de un brinco y las sábanas negras danzaron hasta mis brazos. Se hicieron como líquido que cruzó mis brazos subió casi a mis hombros, desde ahí se pegó hasta a las manos, se convirtieron luego en plumas de un negro obsidiana, también tenían la textura de una piedra.
Salí por la ventana. Salí tirandome con intenciones de tocar la luna. Las alas no pesaban. La luna estaba cerca.
¿Desperté? O sigo soñando, no sé debo algún día intentar ponerle imagen a ese sueño.
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