lunes, abril 18, 2005

Vaga conjetura

Tengo miedo y no es porque estoy solo en la redacción. Tengo miedo y no es porque paso más tiempo frente a una máquina que junto a los que quiero. Tengo miedo y es por llegar a ser víctima de la decepción. Tengo miedo porque una vez más me encuentro remando a contracorriente.

Sueño y divago, beso y no pienso, siento y me duele.

Son esos labios los que me confunden y me apresan a cada momento. Son esos labios que endulzan en poco tiempo lo que llamo "vida". Son esos labios que me dan miedo, que ocultan sus coincidencias, que resaltan nuestras diferencias. ¿Son labios llenos de miedo? ¿O es mi boca la que tiene miedo de seguir besándolos?

Colofón
Llace aquí, entre viejos ordenadores el peor de los despojos humanos. Tiene como tumba una vieja oficina que de polvo subsana sus pulmones, donde de alguna gripa simple se revuelve por las escobas del conserje. El ataúd es su propio miedo, y su propio dolor. Se avisora una tempestad de tierra en los ojos, de agua clorada inundando retinas, se avisora un soplo al corazón. Se predestina dolor. Pronto. No sabemos cuándo, pero pronto.

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