domingo, abril 25, 2010

Yo, me rasco.

Este fin de semana me falta la inspiración.
O será que simplemente mi mente tiene otras cosas en la cabeza.
Quisiera negarlo pero mi cuerpo ya lo grita: Volví a rascarme.
Y yo sé porqué.
Serán las cosas que uno no controla.
Simplemente en este fin de semana me vino mi mal hábito.
Me pasa con la incertidumbre. En el tiempo, en esos días, o minutos en los que tomo una decisión, o espero noticias (buenas o malas) comienza ese mal hábito mío.
Me rasco.
Me infecto y termino con un camino de laceraciones en el cuello.
Será que son las únicas que me permito.
Porque por dentro intento hacerme el fuerte.
Desde el viernes me llegó la ansiedad.
Traía en mi cabeza esa cursi canción de Luisa Fernanda.
¿Cómo va? Creo que dice algo así como: “Quédate cariño mío, quédate aquí a mi ladito. Quédate te necesito. Quédate”.
Más obvia la rola no puede ser.
Más obvio no puedo ser yo.
Será que la ansiedad me gana y termino abriéndome demasiado.
Y si no lo digo por lo menos lo demuestro con costras en mi cuello y en mis manos.
Espero que la ansiedad se calme con la llegada del lunes.
Mientras canto esa cursi canción.
Y sigo ansioso.
Y espero noticias.
Y me rasco.

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