lunes, febrero 04, 2008

Dear Prudence

Tiene fija en su mirada la silueta de una mujer.
Le canta desesperada, le ruega, le llora.
Con el deseo reprimido ve alejarse a esa rubia que le robó el corazón.
Prudence camina lento, sabe que no la alcanzará.
Ya no intenta nada, sabe que ya perdió una batalla más.
Así la Taymor remata ese amor imposible entre un ballet de enormes jugadores de fútbol en lo hosco de una práctica de prepa, con aquella porrista casi enjugando sus lágrimas por el amor contenido.
Melancólica, Prudence se queda entre las yardas mientras el viento hace volar su cabello y la falda tableada del uniforme que da un aspecto pulcro y angelical a su triste estampa.
La soledad, el deseo, el anhelo.
Parece representar todo eso.
La pasión guardada bajo siete llaves, la rabia en la garganta, la voz melosa.
Los sentimientos de Prudence, en el cuerpo de T.V. Carpio, me dejaron una lágrima; apenas comenzaba ‘Across the universe’ y ya lloraba con la versión de la música de los Beatles en manos de Julie Taymor.
Simplemente me encantó. La vi hace tiempo y la verdad es que no puedo dejar de escuchar el soundtrack.
Mención aparte merecen las apariciones de Joe Cocker y Bono.
Sigue en mi memoria Prudence y su amor imposible expresado en dos minutos con cuarenta y cinco segundos.

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