domingo, junio 06, 2010

Será la atmósfera...

De repente empezó la voz de Stevie Nicks.
Sería algún sampleo raro que tocaron en La Ceiba.
“Thunder only happens when it’s raining… players only loves you when there playing…”, dice esa mujer de elegante voz en “Dreams”. No sé porqué amo esa rola. Amo también la voz de Stevie Nicks.
Sentía un poco del fresco en la espalda.
Comenzaba a llover.
La lámina del lugar solamente hacía resonar la lluvia.
Caían los truenos a lo lejos. Las gotas de junio bajaban la temperatura de un día bastante caluroso. Y en Conteiner city no había ni un alma. La Ceiba era de los pocos sitios abiertos. Por eso terminamos ahí.
A Tuss hace rato no la veía y pasó por mí a casa de mi hermana.
Básicamente iríamos a cualquier bar de mala muerte por la chela que le urgía desde hace días.
Domingo… sí.
Beber en domingo, dicen, es malo.
Como beber en lunes o cualquier día de la semana.
Y nos agarró ahí la lluvia poniéndonos al tanto de nuestras vidas.
Entre sus historias y las mías se enredó esa canción.
Y ahora que recuerdo la velada, increíblemente descubro que ya son casi las dos de la madrugada.
Descubro también (y me sorprende) que mi vida va bien, que estoy tranquilo. Y que no hay motivo por el cual, uno deba preocuparse, o quitarse un poco de el ánimo.
Como no hay motivo por el cual temerle a la lluvia o maldecir su llegada.
No hay porqué perder las atmósferas perfectas.
Tampoco no hay gente, ni hay razón suficiente que te quite un buen momento:
El mojito de las manos.
La canción que armoniza.
El clima.
O la compañía, que usualmente la necesitamos todos.
No hay motivos pues… no hay por qué temerle al trueno.
No hay porqué agitar la respiración, a menos, por supuesto, que sea por alguien que lo provoca.
Alguien que merece que perdamos el aliento.

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