lunes, febrero 12, 2007

Días de peda

Serían las cuatro de la madrugada cuando tomaron esta foto.
Exactamente a esta hora que hoy participio en el cierre de edición.
Esos eran días de pachanga, si bien ya tenía chamba ese fin me desafané totalmente.
Ja, cómo olvidarlo. Desde viernes celebramos mi cumpleaños 21 ese septiembre del 2004.
Recuerdo que llegué a la casa, supermadreado por la escuela y la reporteada, todavía estaba en E-Consulta. Y madres… más de 50 personas en el depa. Coutiño llevó su bajo y hasta el escenario le armaron con veladoras (recordé la cera por meses consecutivos cuando intenté quitarla de la alfombra), el Jimmy Aureoles puso el karaoke con todas sus listas de José José para el drama. Todo mundo invitó al amigo, al compadre, al cuate, me llevaron tequila y la pasamos pocamadre.
Bien recuerdo que a las seis de la mañana Selene seguía chingando con el micrófono cuando ya todo mundo dormía en la alfombra.
Al otro día a alguien se le ocurrió que termináramos en Teziutlán para la final de un maldito concurso de belleza de feria de pueblo. Quién sabe porqué hicimos caso a la propuesta que en nos trepamos al Seat del James y corrimos para allá. A la mera hora todo era lluvia y alguien más sugirió la cercanía a Casitas… ¡Pues a Casitas vámonos!
Y sí terminamos en Casitas, compramos como cuatro cartones de cerveza, dormimos en la playa de sábado para domingo. En la madrugada creo que Paula o Viridiana tomaron la foto. Pueden verse mis ojeras y mi carota chelera.
Regresamos domingo a Puebla y yo no tenía notas. Todo el fin de semana me la había pasado tirando la peda.
Ja, qué recuerdos aquellos. Y qué diferente madrugada vivo hoy.
Las cosas cambian.

3 comentarios:

Cobayo dijo...

La vida cambia, la gente no.

carurosus dijo...

Que chido relato!! Creo que nunca he hecho algo así, pero no cabe duda que los días de jarra son los mejores. Además relataste uno de las cosas que me gustaría hacer: dormir en Casitas, con unos tragos 'coquetos' jaja. Ni hablar, la juventud pasa, y con ella se va la despreocupación que tanto disfrutas cuando eres chavito, y que te angustia cuando eres maduro. Saludos.

Cotex Pérex Oxcar dijo...

Sin lugar a dudas compadre, entre unas maneras de amanecerse y otras... ay mis hijos...