lunes, noviembre 20, 2006

¡Pinches ratas!

Muy presto y dicharachero me disponía a hacerme mi café en la oficina cuando descubrí que mi taza fue robada.
Taba rebonita. ¡Incluso apoyé a una causa noble cuando la compre!
Era de la Unicef y tenía dibujado un mundo.
Chale, por eso era la mía.
Bueno, como sea.
Pronto iniciarán las investigaciones.
Tengan miedo.

1 comentario:

Cobayo dijo...

Yo por eso no llevo mis tazas al salón de maestros de la Ibero... Ahí hasta las tazas del water se roban... (yo me he llegado a robar rollos de papel de baño por el estúpido gusto de desquitar mi mal pagado sueldo).