domingo, octubre 30, 2005

Hablando de fuertes latidos

Una vez bajé de tu carro.
Perdí dos segundos viendo el reflejo de tus ojos. Con la luz del mediodía se hicieron un poco más claros, o al menos eso percibió mi vista de daltónico registrando detrás de tus espejuelos. A su vez tus manos se acomodaron sobre el volante en un movimiento mecánico. Luego sonreiste.
Alrededor de un minuto me llevó darme cuenta que seguía observandote. Al notarlo me sonrojé un poco y me despedí de usted.
Y usted... ¿lo notó?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo sólo quería hacer una observación rápida de decir que me alegro de haber encontrado tu blog. Gracias

inMundoAnimal dijo...

Ah, caray,¿quién eres?

Anónimo dijo...

post impresionante. Realmente disfruté la lectura de su blog.

inMundoAnimal dijo...

Gracias.